viernes, 16 de septiembre de 2016

Fismuler.

Continuamos asistiendo a la apertura de nuevos restaurantes, con la peculiaridad de que, en muchos de los casos, pertenecen a los mismos propietarios que otros ya existentes, como sucede con los últimos que hemos incluido en este blog: Perrachica, Habanera, Bibo Madrid y Canalla Bistró. En este caso, acabamos de conocer Fismuler, que ha abierto sus puertas hace pocos meses y pertenece a los dueños de La Ancha, Las Tortillas de Gabino y La Gabinoteca, nada menos…..

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Se ubica en la calle de Sagasta y ocupa un local bajo calle, donde se ha creado una estética austera, con paredes en yeso, sin apenas decoración y mesas de madera (sin mantel y ni tan siquiera con un plato donde posar el pan…). Cuenta con mesas “convencionales”- cuadradas - y con tres grandes mesas alargadas: una a la entrada y otras dos en el salón principal, bajando unos escalones, con bancos corridos alrededor para sentarse, de forma que en las mesas alargadas se “comparte” espacio con los demás comensales, aunque ciertamente no están muy cerca unos de los otros; de hecho, hemos estado en restaurantes “de moda” donde las mesas están más pegadas. Todo ello transmite un ambiente informal.

No identificamos claramente un concepto culinario en la carta, pero lo cierto es que todo lo que probamos estaba muy bueno. Entendemos que la idea es una carta (muy) breve, buenas materias primas y elaboraciones sencillas. Como aperitivo ofrecen mantequilla sin pasteurizar y carpaccio de ternera especiado. Entre los entrantes destacaremos: el huevo, alitas de caserío, calabaza y trufa; la molleja de ternera glaseada; la tortilla de boquerones frescos y piparras fritas y los garbanzos salteados con ternera y cigalitas, que probamos y recomendamos. Como plato principal optamos por la ventresca de atún (con fresas…) y el steak tartar de vaca con especias cajún, muy buenos ambos. Entre las otras alternativas citaremos la merluza rebozada, la lubina confitada y la raya a la mantequilla y el "fismuler" que aunque no probamos, viene a ser un gran filete empanado aunque sin llegar al inigualable "Armando"...De los postres compartimos la tarta de tres quesos, fuera de carta. Sencillamente exquisita. 

El ambiente estaba muy animado y dos músicos amenizaban en directo la velada. En resumen, un restaurante muy recomendable, como no podía ser con los precedentes indicados anteriormente.

Nuestra valoración: 7,5 sobre 10
Precio medio: 35 euros por persona, bebidas aparte.
GastroTip: para comer o cenar; ambiente informal. Dado el formato predominante –mesas compartidas-, no lo recomendaríamos para celebraciones especiales ni para negocios o al menos en las mesas compartidas.

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