sábado, 2 de julio de 2016

Crucina. Explorando otras cocinas….

Haciendo un alto en la tipología de restaurantes que solemos presentar en este blog, hemos conocido uno un tanto diferente en su propuesta gastronómica, aunque no exento de cierto toque “chic”. Crucina abrió sus puertas hace más de 3 años en pleno barrio de Malasaña y responde a la denominada cocina crudivegana. Se trata de un paso más allá de la cocina vegana, centrándose en una técnica basada en utilizar únicamente alimentos de origen vegetal y cocinándolos a menos de 41ºC para que mantengan sus cualidades, preservando sus nutrientes y enzimas; no utilizan alimentos de origen animal, ni lácteos, azúcar, gluten, trigo, tofu, seitán, ni ningún ingrediente procesado ni químico. Evidentemente, sano debe de ser, lo curioso es que también estaba rico…
El local no es muy amplio, con aproximadamente doce mesas y una decoración que intenta recrear un ambiente relajante con plantas y libros sobre espiritualidad y dietética, así como con luces ténues, pero que se ve empañado con sillas y mesas demasiado funcionales.

La carta ofrece zumos de nombres peculiares (Piel de Seda, Elixir, Poción Mágica…) a base de licuados de frutas y verduras, así como batidos sin azúcares, ni lácteos. Además de ensaladas (“hipervitaminadas” según reza la carta), entre los entrantes encontramos los nachos deshidratados de maíz con aguacate mexicano, la tabla de “kesos” (sin lácteos) y la quiche provenzal, entre otros, de los que probamos los nachos, que estaban muy buenos. Entre los platos principales cuentan con propuestas no menos originales: los rollitos de calabacín rellenos de “keso” de tomate y albahaca; las albóndigas hindúes (con crema de anacardo y espaguetis de calabacín), la pizza de “karne” (de frutos secos), la lasaña tricolor (con pesto, tomate, “keso” cheddar y calabacín marinado), la moussaka (con bechamel sin harina y “karne” de frutos secos y aguacate) y la hamburguesa de nueces y champiñón, con mayonesa sin huevo y patatas de aguacate. Probamos estos tres últimos platos, muy ricos y bien presentados.
El servicio es muy amable y pone especial cuidado en explicar cuidadosamente el proceso de elaboración de cada plato -estos se suceden lentamente por lo que mejor ir sin prisas.
En definitiva: recomendamos conocer Crucina no sólo porque su comida está rica y es sana sino por el mérito de ofrecer una propuesta gastronómica atractiva pero con elaboraciones complejas para respetar los principios del crudiveganismo.
Nuestra valoración general: 7 sobre 10
Precio medio: 20 euros por persona, bebidas aparte.
GastroTip:  Para una velada foodie avanzada… 

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