lunes, 25 de abril de 2016

Taberna Los Gallos

Recientemente hemos tenido la oportunidad de cenar en la Taberna los Gallos, situada en el agradable callejón de Puigcerdá,  en el que confluyen restaurantes actualmente “de moda” (el nuevo y bonito local de La Máquina; No restaurante; Babelia; 5J, etc.junto con La Bien Aparecida unos metros más abajo y Quintín Ultramarinos, VI Cool y El Paraguas hacia arriba), de forma que cuesta encontrar sitio para aparcar -incluso a los aparcacoches. A la entrada del callejón estaba el conocido Alkalde, que cerró sus puertas en febrero de 2016.
El local que acoge a la Taberna los Gallos ocupa dos plantas tras las últimas reformas de hace más o menos un año; cuenta con una terraza a pie de calle, muy habitual hoy en día en numerosos restaurantes para facilitar un espacio para fumadores; una zona de barra en la entrada con mesas altas y un amplio comedor en el ático al que se puede acceder por ascensor, con una bonita barra, mesas con taburetes altos y mesas convencionales, todo ello decorado en blanco y verde oliva, bajo un techo acristalado que llegado el buen tiempo se abre. 
Un Dj ameniza (quizá en exceso) el ambiente.
La Taberna pertenece al mismo dueño que el restaurante Babelia, también en el callejón de Puigcerdá, a unos metros y de hecho, presentan una propuesta y resultado similares.
Su carta encaja en lo que se podría denominar “...cocina sin pretensiones con platos correctos”. Es decir, presenta propuestas apetecibles, a precios razonables y de calidad media, destinadas a un público más propicio a comer o cenar en un ambiente animado (diríamos excesivamente bullicioso...) que a disfrutar de los platos en sí mismos... 
En cuanto a la carta, entre los entrantes señalaremos la ensaladilla rusa deluxe –aunque el nombre es quizá excesivo, sin ir más lejos, la de La Máquina la supera fácilmente-, los callos con garbanzos, las papas arrugadas con mojo picón, el bacalao dorado –aceptable- y los chanquetes con huevos fritos, entre otros, así como diversas ensaladas y embutidos. De los pescados, probamos el pulpo a la brasa con patatas –bien de cocción y de sabor-, con otras opciones disponibles como el atún rojo al estilo “Los gallos”. De las carnes nos gustó la milanesa de ternera y también destacaremos la carrillera de ternera con puré de orejones y las lascas de solomillo con rúcula y queso manchego. Un aspecto interesante es que prácticamente todos los platos se pueden pedir en medias raciones y son razonablemente generosas. Cierra la carta un bloque de postres caseros -que no probamos- como el arroz con leche, el flan de huevo o las natillas.
El servicio, correcto. En general, junto con Babelia son posiblemente las dos opciones que en calidad están por debajo de los restantes restaurantes de la zona que hemos mencionado anteriormente, pero para ir con un grupo de amigos y cenar de raciones a un precio razonable son una buena alternativa.

Precio medio: 25 - 30 euros por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 6 /10
GastroTip: para comer o cenar con amigos; ambiente animado; no para ir con niños, al menos por la noche.

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