Corren malos
tiempos para la restauración pero Salterius
ha seguido desde su apertura hace diez años una trayectoria ascendente que lo
ha situado como uno de los mejores restaurantes de la zona oeste de la
provincia de Madrid, al mismo tiempo que ha permitido a sus promotores, Félix
García y Carolina Acevedo, mudarse a un local más amplio y estéticamente
ambicioso fuera del casco urbano de Majadahonda.
Tras nuestra
reciente visita en compañía de unos buenos amigos llegamos a la conclusión de que Salterius ha tenido tanto éxito porque mantiene
un gran equilibrio entre la calidad culinaria (cocina de mercado muy bien
elaborada), el equipo humano, un local elegante y apacible y un precio razonable (que no barato).
En el
capítulo gastronómico, aparte de los clásicos apartados de carne (steak
tartare, solomillo de cabrito, carrillera de ternera blanca) y pescado (kokotxas,
tartar de atún, bacalao al pil-pli, tiradito de pez mantequilla, etc.) recomendamos
dos cosas: en primer lugar, aprovechar los platos de parrilla que son santo y
seña de la casa, como el pulpo braseado, el solomillo de buey, el chuletón o
los carabineros; en segundo lugar, aprovechar las sugerencias de platos con
productos de temporada dejándose aconsejar por el maître. En nuestro caso, una
ensalada tibia con boletus muy aromática. Adicionalmente, la carta incluye tres
variedades de arroz (uno seco, uno caldoso y el de bogavante “meloso”) y, como
colofón, media docena de postres caseros a cuál más apetecible (recomendamos la
torrija con helado de canela).
Se ofrecen
también dos menús degustación: uno “corto” a un precio de 30 euros por persona
y otro “largo” por 40 euros.
El jefe de
sala y resto de servicio son eficaces y muy amables, profesionales con oficio y
con ganas de agradar.
En resumen,
una buena opción para una ocasión especial o para una velada de disfrute
culinario en sentido estricto.
Nuestra
valoración general: 8/10.
Precio
medio: 30€ por
persona, bebidas aparte.
GastroTip: restaurante muy apropiado para celebraciones íntimas; ambiente refinado pero actual. En la barra se puede tapear y también tiene televisión para ver retransmisiones deportivas.
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